Síndrome de Ulises o Síndrome del Inmigrante, es un duelo múltiple que afecta a los inmigrantes y lo que es peor, se ahonda cuando los procesos para legalizarse son complicados. Las personas en este proceso desarrollan un “Síndrome de Estrés Crónico” que es un fuerte malestar emocional. Sus síntomas: Tristeza, llanto, baja autoestima, culpa y pérdida de ganas de vivir. Además de nerviosismo, tensión y preocupación excesiva, dando como resultado migrañas, fatiga, alteración en la memoria y problemas de atención.

La inquietud y la confusión recurrentes llevan a la sensación que la persona está viviendo una vida equivocada o es otra persona. Todo esto provoca desequilibrios en hábitos comunes como perdida de apetito y un insomnio constante, debido a que este es un duelo múltiple y quizás uno de los duelos más grandes a los que se enfrenta el ser humano moderno, ya que no solo se deja en muchas ocasiones atrás a la pareja o familia, sino también el ambiente es diferente,  los colores, olores y costumbres. En muchas ocasiones y en las más difíciles, incluso se pierde el lenguaje. Por lo tanto, podemos afirmar que la migración transmuta la identidad.

Es una especie de muerte en vida y al mismo tiempo una reencarnación dentro de la misma vida. Es la muerte de todo lo que fuimos, quiénes éramos e incluso nuestro proyecto de vida. Nuestra profesión también queda atrás, refugiándose en el alcohol, abuso de sustancias, sexo, violencia doméstica y social.  Y lo más triste es el fenómeno de “Las Mentes Fugadas”, que sin la ayuda psicológica adecuada, terminan perdidas en el nuevo Sistema.