Duelo por Alzheimer: Paciente y cuidadores
El Alzheimer es un trastorno cerebral que destruye la memoria de diversas maneras. Distorsionando el pensamiento a medida que avanza y con esto dificultando la capacidad de realizar las tareas más comunes.

El factor de riesgo más importante llega con el envejecimiento, ya que un tercio de los adultos mayores de 85 años padece Alzheimer. Aunque esta condición puede aparecer, en diferentes momentos de la vida. Actualmente, los estudios muestran que la enfermedad de Alzheimer es la séptima causa de muerte en los Estados Unidos.
Aun no se ha encontrado ninguna cura, pero se ha demostrado que ciertos medicamentos y terapias pueden retardar el proceso y mejorar la calidad de vida.
Hay 3 etapas en este trastorno:
Etapa leve: El paciente puede deambular hasta perderse. Así como tener dificultad para manejar el dinero. Repiten temas y preguntas. a menudo tardan mucho en completar las tareas normales. Experimentando cambios en la personalidad y del comportamiento.
Etapa moderada: El paciente presenta daño en las áreas del cerebro que controlan el lenguaje, el razonamiento, el pensamiento consciente, el procesamiento sensorial. La pérdida de memoria y la confusión empeoran haciendo que las personas comiencen a tener problemas para reconocer a familiares y amigos. Necesitan supervisión para vestirse, comer y otras tareas
Etapa grave: El paciente muestra un deterioro significativo de las placas y ovillos que se extienden por todo el cerebro, y el tejido cerebral se reduce considerablemente. En consecuencia, la paciente no puede comunicarse y depende completamente de otros para que lo cuiden. Cerca del final de la vida, una persona puede estar en cama la mayor parte o todo el tiempo.
En mi practica trabaje como acompañante de una paciente de Alzhéimer. nivel 4, ésta es una enfermedad triste, larga y con mucha incomprensión y soledad.
Tuve la oportunidad de ver su angustia, en los días en que estaba más lucida. Ella se deprimia severamente pues había sido una mujer independiente, hermosa, productiva e inteligente. Y no tener control de su vida la llenaba de tristeza e incertidumbre.
También pude ver el sufrimiento de sus dos hijos. Quienes no reconocían su comportamiento, lo cual los llenaba de preocupación. Con desconsuelo veían como mami se deterioraba día a día. La madre que conocían ya no existía. Estos pacientes necesitan un ambiente tranquilo y mucha paciencia no sólo por parte de los cuidadores sino también de los terapeutas o personal a cargo.
La tarea de cuidar a una persona con Alzheimer suele ser un proceso largo. Los continuos cambios que hay que afrontar provocan que el cuidador se encuentre absorto, algo que suele derivar en altos niveles de estrés. Muchas veces también, el cuidado, emocional y físico, de la persona que cuida a quien padece la enfermedad queda relegado a un segundo plano. Es sumamente importante la labor de psicólogos y terapeutas para el acompañamiento durante este terrible proceso, no sólo con la paciente sino con todo su entorno familiar.